
Luego de un año lleno de cambios, he decidido regresar de mis mantras trascendentales. Luego de unas largas vacaciones mentales, heme aquí otra vez.
¿Y qué me encuentro al regresar? El CAOS Resulta que ahora tnego que usar simplemente mis patitas cortas para desplazarme por la ciudad, porque algún enviado de Ganímedes se le ocurrió hacer contacto con este largo y remoto país, para probar un sistema nuevo de transporte. Según aseguraron nos traería la felicidad absoluta, sólo comparable al momento en que logremos desarrollar flotadores especiales para las señoras que se paran frente a las vitrinas sin avisar.
Y eso no es todo... ¡Ya no tendríamos que usar monedas! Aunque teóricamente nunca he usado una, sí soy una indirecta usuaria del sistema económico, porque con monedas me compran el pelets.
Encima, en uno de mis paseos antes de dormir, con mi hermosa y nueva correa azul, divisé a lo lejos un punto de embarque de sus naves. Una especie de onda verde con metal (antenas?), y unos asientos a prueba de kilos. Me quedé parada ahí un rato para ver si aterrizaban... llévenme, pensé. Pero no llegaron nunca, en vez de eso, se detuvo una micro con estómago de acordeón, que se vació y se llenó otra vez... Y de los dueños de la idea, nada.
Al día siguiente hice guardia otra vez. Y al otro, y al otro. Nada... mi conclusión es que los enviados del espacio simplemente vinieron a dejarnos el mensaje y se devolvieron. Aunque pensándolo bien, ¿no habrá sido un plan de conquista? ¿O una mala broma intergaláctica para burlarse del planeta bobo del espacio sideral?
Quien sabe... por mientras simplemente ando preparada, sólo en caso de que decidan regresar a implantar otra de sus geniales ideas.