miércoles, noviembre 14, 2007

SERONOSER


Hace mucho tiempo que no me sentaba a escribir. Realmente ya me estaba dejando llevar por la marea diaria de mierdecillas y escritos ajenos al cerebro y al corazón que lo único que hacen es cansar mis patas.
El tema es. La llegada de Hans Henser (o Hensel, o Jenjibre, Chanchensel, Van Helsing... etc), el mamón Rotweiller (o wathever se escriba) del novio de mi hermana al hogar, removió algunas cosas en mi.
La lista es sencilla:
1. Aún soy joven como para esquivar
2. Aún soy joven para saltar
3. Aún soy joven como para no imponer respeto por presencia (aunque me temo que mi fisonomía no ayuda).
4. Aún soy joven como plantear un cambio a mi vida.

O al menos lo suficientemente joven aún para todos estos ítems, y lo suficientemente vivida como para hacerlo bien. Así que díjeme yo... "Pachacha, qué quieres" Y en eso estoy... viendo qué quiero. Porque no es suficiente un pellets diario, la vida es más que llenarse la boca con comida mega procesada.... espero.

Entonces, aquí vamos otra vez. A armar el plan de vida como para levantarse todas las mañanas por algo más que mover un poco la cola para que te hagan cariño.

Tengo que tener algo propio que me haga sentir satisfecha. Marraqueto no es suficiente. Los ratones fantasmas ya no satisfacen mi necesidad profunda de un sentido, simplemente ayudan a mantenerme en forma. Entonces. Ahora la misión es buscar: Que cresta hago yo parada aquí con toda una vida por delante.

Miles de posibilidades. Espero no agotar mi cerebro buscando la respuesta... aunque el pobre moriría lleno de actividad, que tampoco es algo malo. Mucho mejor que perder mi vida activa esperando que pase algo.

miércoles, mayo 30, 2007

Morir en la ciudad


La semana pasada iba paseando por una de las calles más céntricas de la ciudad de Santiago de Chile. Un clásico paseo peatonal, en día domingo después de la hora de almuerzo. Vacío, solitario, lleno de personas de paso o simplemente intentando matar el tiempo sin compañía antes de ir a dormir.
Estaba yo con una de mis hermanas putativas y su novio viendo una tienda de Cd's, cuando a unos tres metros divisamos una moto de Carabineros. Al lado, el correspondiente dueño del vehículo, su compañero motorizado, y una persona en el piso. Sola.
El hombre estaba en posición fetal y con los ojos cerrados. Bien vestido. Bien peinado. Un maletín en el suelo y la correa afirmada al hombro. Abrazado a las baldosas.
Carabineros simplemente lo observaba y hablaba por radio, seguramente avisando de la situación a alguien más. El hombre se veía tranquilo... con la sorprendente placidez de alguien a quien lo ataca algo desde dentro y lo deja enroscado en el piso.
¿Y por qué no lo habían llevado a algún sitio? Una camilla, una ambulancia, alguien, algo. Entonces los tres únicos personajes que no estábamos vestidos de verde ni en el suelo nos congelamos. Al parecer el hombre estaba muerto.
Un manotazo de final lo tomó en la calle y lo hizo dormir. Solo. Acompañado en su último paso por su maletín y una ciudad que es indiferente a cualquier emoción que no sea la rabia en las calles.
Lo último que vio fue la tienda de Cd's. Y unas baldosas solitarias en una ciudad semi vacía con el frío del próximo invierno.
Solo.
Entonces seguimos caminando. Sin hablar. Con la inquietante sensación de vivir en un vacío rodeado de rostros desconocidos, palabras musitadas y baldosas que acarician los pies en una fría tade de domingo.

miércoles, mayo 09, 2007

Están entre nosotros



¿Has sentido el halo de alguien que te sopla al oido? ¿Y luego volteas y no hay nadie? ¿Has sentido que te llaman, sabiendo que estás sola en casa? Yo se que nunca estoy sola. A veces mientras espero a mi familia, o duermo la siesta del pellets de las 14.00 hrs., sé que me están mirando... escondidos tras los muros están ahí.
Ellos creen que estoy loca, pero mi percepción canina siente cosas que los humanos no ven, no huelen, no escuchan.
De hecho la Leona -una perra un tanto deficiente, clínicamente comprobado- se desquició una vez que se quedó encerrada en una habitación donde sé que hay algo, porque a ciertas horas el aire se vuelve rancio, baja la temepratura, y tienes la pesada sensación de un par de ojos en la nuca.
Historias hay miles, unas más interesantes que otras. Pero recientemente hubo una que me dejó tapada hasta las orejas con mi colcha.

EL HOYO MISTERIOSO
Hace un par de meses una amiga decidió finalmente dar un paso importante en su vida. Junto a su novio se compraron una vieja casona del barrio de Quinta Normal (Santiago, Chile... por si hay alguien que lee esto y que resulta que no sabe donde coño queda este sitio... contexto que le llaman), para cambiarse ahí junto a su pequeña y rosada hija.
La casa es enorme. Antigua. Con agregados de casas estilo caballerizas hacia atrás y un patio reseco, vestigio seguramente de viejos buenos tiempos de verdor.
Los problemas comenzaron cuando el ex dueño de la propiedad, no la abandonaba. Luego de varias excusas, situaciones y formas de convencimiento, finalmente el caballero se fue a vivir a otro sitio, dejando el paso libre para la joven familia.
Felices llegaron y comenzaron por arreglar la cocina. Pero de pronto... sorpresa. Bajo el lavaplatos no había nada. Un enorme hoyo existía debajo del mueble, y cuando intentaron medir la profundidad del espacio con una vara de 6 metros, no fue suficiente. Era aún más profundo.
Imaginando los problemas que esta extraña situación les podía traer (desde ratones, hasta tortugas ninja), fueron a dar aviso a la Municipalidad, para buscar alguna solución. Sorpresa. No había registros de ese hoyo, y la Municipalidad no podía hacer nada al respecto y los enviaron a la empresa coordinadora del tema de aguas en la urbe. Pero tampoco sabían nada. El orificio no estaba en ningún mapa ni documento anterior.
Lo peor es que abajo de todo esto había agua, porque al lanzar una piedra sonaba al fondo.
Finalmente decidieron solucionar el tema por su cuenta. Hablaron con el antiguo dueño y exigieron un monto de dinero para poder reparar esse extraño hoyo en medio de la cocina. Lo taparon como pudieron y cruzaron los dedos para que, sea lo que sea que había abajo de ese orificio, nunca intentara acercarse.

Buaaajajajajajajaja...

El orificio encontrado en Quinta Normal

miércoles, abril 18, 2007

Evasiones


Hay días y días malditos, y hace un buen rato se me están haciendo comunes. Probablemente es culpa de la calidad de vida de mi familia, que llega con ganas de patearme, o tal vez es por la sobrecarga emocional y de trabajo que tengo encima. Porque ahora además de los guiriguiris que hacen lo que quieren en la cocina, la tarada de la Leona (la otra perra) aprendió a entrar a mi territorio moviendo la pata para sacar el pestillo de la reja divisoria, y además nadie está nunca en la casa porque todos tienen miles de cosas que hacer...
Días en los que hasta el problema más tarado se vuelve una mosca que te entra al oído. ¿Y qué hacer? Ya lo dije antes... saltar, pero si te cansas simplemente no hagas nada. Quédate así, tal cual, como las chiripiorcas del Chavo. No hagas nada porque lo empeorarás más... ¿que quieres controlar las cosas para que de una vez por todas salgan como tú quieres que salgan? Ni lo intentes, hay veces en las que hasta abrir una lata de atún es imposible (para mi siempre lo es).
Déjate de taradeces proactivas y entrégate a la apatía de la vida del despreocupado... ráscate el ombligo (si tienes... o una pata en su defecto) y pon tu estómago en dirección al techo. Y congela tu mente. Si te aburres no importa, deja tu mente en blanco y no hagas nada más por solucionar nada. Seguro más de alguien te lo agradecerá... y los que no lo hagan al menos dejarán de molestar gracias a tu inexistencia en el plano activo.

jueves, abril 12, 2007

Marcas


Tengo tres cicatrices en la piel (que se notan mucho por la ausencia de pelos), y cada una me trae a la cabeza el momento nítido en el que me la hice. Cuando las miro recuerdo, y se quedaron ahí por eso...
Guardando las proporciones, hay gente que es como las cicatrices, en el sentido que dejan marcas que son muy difíciles de borrar e imposibles de olvidar. Para bien y para mal, pero hoy quiero hablar de la buena opción.
Hoy 12 de abril se cumplió un año de la partida de una de las personas que más he querido en mi perruna vida. Una mujer que sobre todos los logros obtenidos (cinco hijos, familia enorme, título de ingeniero agrónomo en un tiempo en el que las mujeres sólo servían para cocinar) dejó una tremenda marca de amor en todos los que conoció.
Yo soy mañosa y probablemente heredé una psicopatía de mi madre Colaless (que debe andar por algún lugar de los cerros de Lampa persiguiendo conejos inexistentes), pero aún así la Abuelita me quería y me rascaba la cabeza. Aunque fuera peluda y patas cortas, ella me hacía cariño igual, porque la sangre de su sangre no corría en este caso.
Así hay gente a la que uno recuerda porque sí. Porque alguna vez te rascó la guata cuando lo necesitabas, o te llenó el plato de agua cuando te vio tratar de abrir la tapa del baño para langüetear algo, o simplemente porque te quiso y también quisiste desinteresadamente.
Y cuando se van las lloras mucho, pero ya no las recuerdas con pena porque te dejó marcas que no se borran y de alguna manera se quedaron contigo. Así como ella se quedó con todos nosotros, y ayer cuando la recordamos nos entregó uno de los momentos más bizarros y divertidos que hemos tenido en mucho tiempo... chistoso, como era ella. Inolvidable también.

jueves, abril 05, 2007

Vivir en un lugar como este


Si bien siempre me he caracterizado por ser una perra maldita, pero positiva, hay días en los que inevitablemente la feroz verdad te vacía el vaso. Hoy es uno de esos malditos, carajudos, entrópicos, indeseables y vomitivos días.
Luego de mirar el techo durante un par de horas, he llegado a algunas conclusiones del origen del problema. Tiene que ver con tratar de encajar en una idiosincracia particular, en un sitio que quiere -y así lo cree- ser desarrollado, se esfuerza por serlo, obtiene buenos índices del IPC, Divisas, y hasta de optimización del rollo de papel higiénico per-cápita, y aún así no cambia los elementos fundamentales que lo hacen quedar atrás.
Escuchando a mi familia, en reuniones, alegatos personales, y literalmente "pateaduras de perra", he logrado hacer un pequeño perfil de lo que se necesita para trabajar en este lugar/país con nombre de algo pequeñito y ardoroso...
DeCaLoGo DeL JoVeN TrAbAjAdOr ChiLeNo (si quiere triunfar aunque sea un poquito)

*Tener un buen apellido... de lo contrario, inventar un buen origen
Ojalá que sea uno con muchas erres, o con un pasado guerrero (foráneo, jamás de la guerrilla que se vivió a nivel local para la COnquista del país). Ideal tener un ex Presidente de la República entre sus filas, o en su defecto, un Ministro o Gerente de Transnacional (gerente de empresa nacional sólo da la mitad de los puntos).

*Ser más que demetrio...
Pero del metro y medio. Sobre todo si se es hombre. Si es mujer y bajita, preocúpese de ir al gimnasio y ser al menos delgada. Yo tuve suerte porque mi familia no se fijo en mis patitas cortas, pero aún así conservo la línea.

*Ostentar algo "de color"
Suena a tontera, pero es así. Ojos verdes, pelo rubio o rojo... mientras más elementos a destacar, mejor.

*Haber estudiado en un colegio con al menos cuatro gerentes por curso
Siempre salva el himno de colegio rimbombante en reuniones sociales. Recuerda, más que los estudios es importante tener buenos contactos. Un colegio donde sus egresados sólo se convierten en profesionales no sirve, tienen que ser profesionales con dinero.

*Hablar con una papa (patata) en la boca
Es importante practicar este ejercicio en su hogar. En lo posible con un tubérculo caliente, cosa que la odulación se haga aún más compleja. Agregue palabras como "regio" y "genial".

*Nunca demuestre cuán inteligente es... puede ofender a su jefe

*Omita sus ideas.
Suena tonto... ¡y lo es! Pero así funciona la ecuación: mientras más ideas de, más se asusta su jefe, o en su defecto, sus compañeros. Si tiene una idea genial, transfórmela en una buena idea. Las buenas ideas siempre se llevan a cabo cuando implican bajo presupuesto.

*Aprenda a comer sushi con palitos
¡Nunca, pero nunca acepte que ama comer sanguche de potito en el estadio! Sería un suicidio profesional. Salvo que su jefe y sus secuaces sean "amantes del pueblo y sus manifestaciones" o tengan un pasado de izquierda renovada... entonces coméntelo como una anécdota, del tipo "oye, el otro día me comí un sambuche de potito, mira que regio es fijaté, bien sabroso oiga".

*Vaya a todas las actividades
De alguna manera acomode su tiempo entre el trabajo, las horas extras, su familia, y su vida particular, para asistir a misas, eventos, inauguraciones de la muestra de pintura horrible de la hija artishta del jefe. Si no lo ven, no existe para nadie, aunque su trabajo sea excelente.

*Nunca se canse
Recuerde... todo esto es por su bien. Y si no, emigre en beneficio de su salud mental. Muchos talentos ya lo han hecho.

Bueno, yo regreso a mis labores de guardiana. Suerte.

lunes, abril 02, 2007

Simplemente... salta



Un amigo proveniente de las montañas, el otro día me comentó su fórmula para mantenerse tranquilo. Saltar. Así de simple.
Me decía que este tipo de ejercicio, no sólo lo había ayudado a liberarse del stress diario, el tema de buscar el palito a cada visitante que se le ocurría ir donde su dueño, de perseguir gallinas, de buscar las cabras que se les perdían, que no las encontraba, que se caían las desgraciadas... él simplemente salta. Y lo hace cada vez mejor.
Entonces comencé a aplicar, y la verdad es que resulta. Las cuentas de fin de mes ¡Salta! Llegan las pruebas y entregas de trabajos en tu familia ¡Salta! No hay plata ¡Salta! Llega la plata y se acaba en dos segundos ¡Salta! Que te salen arrugas ¡Salta! Que te grita alguien porque estás parado en su espacio ¡Salta! No pasa la micro ¡Salta (tres veces)! Se te perdió un documento que justo entregas hoy ¡Salta!
Es probable que parezcas un tarado, pero al menos serás un tarado feliz.